sábado, 22 de marzo de 2008

Puedes ir y venir sin decidir y sin cruzar, el refugio para tus pasos no estará mas una vez atravieses el umbral, todas esas veces que corriste para poder salir, que gritaste para que te dejara entrar, ¿ya las has olvidado?

Soy esclavo de las cuerdas que suenan en ti, tu música hace de mi su antojo. No soy capas de dominar el ruido de mis dientes, al apretarlos tan fuerte.....

Es tediosa la llegada a la esquina, el viento arrastra la tierra seca, las hojas..., la basura bajo los primeros postes de luz. Los perros grandes y pequeños que ladran y ladran, pero al levantar la mirada se ve tan hermoso. Es extraña la felicidad que me genera, pero lo diré mas adelante, el caso de ahora es lo que encuentro al final de la cuadra, al abrir la puerta de rejas (o saltarla a veces) me reciben las primeras plantas guardianas en su pequeño jardín, luego el pasillo tan húmedo y claro... .

Tantos misterios engendramos entre estas paredes, oh las cosas que habrán oído! y lo que callan..., los focos de luz observan todo, no se les escapa ningún detalle hasta que drásticamente y sin aviso les privamos de su energía. No quiero desviarme de mi punto.

Pero ya no hay punto, nunca hubo uno.. mas bien siempre fue uno y miles. Hay una música estancada en el aire que cada uno escucha de diferente manera, para mi... hoy, dicha música es alimento y desdicha....

Es así como hace un tiempo algo salio de mi y comenzó a transformar este entorno, se que no se detendrá por mucho tiempo, y el día que lo haga será mucho lo que abarque...

Es alimento y es desdicha.

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